Allí donde la espalda se contrae y aparece el suave movimiento de tremendos músculos al caminar. Allí donde todos fijamos nuestras miradas para completar la imagen del hombre que nos deslumbra con su caminar seguro y varonil.
Allí donde el placer se vuelve un torbellino que nos debora y nos transforma.
Hermosa parte de la anatomía de un macho, sin él nada está completo.
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